lunes, 8 de marzo de 2010

Amin Maalouf: El desajuste del mundo. Cuando nuestras civilizaciones se agotan

Idioma original: francés
Título original: Le dérèglement du monde. Quand nos civilisations s’épuisent.
Fecha de publicación: 2009
Valoración: Muy recomendable

Ésta es una obra más concreta – y, quizá, por ello, más compleja – que "Identidades asesinas", también, probablemente, más pragmática. En ella subyace el idealismo que Maalouf manifestaba hace más de una década pero ahora la fuerza de los hechos le obliga a aceptar la escasez de materiales aptos para construir un futuro aceptable. Y, tal como yo imaginaba, el contraste con la postura optimista de 1998, se manifiesta desde las primeras líneas. Personalmente, hubiese preferido una formulación inicial de los principios básicos de su pensamiento tal como aparecen en su obra anterior. Así, todo lector que se acercase por primera vez a la obra ensayística de Maalouf conocería sus fundamentos conceptuales y podría situar cada una de las conclusiones en su lugar correspondiente.

De los postulados del libro destacaría su defensa del eurocentrismo, presente en gran parte de nuestra historia y tan denostado desde hace ya algunas décadas. Maalouf afirma que los valores que aportan dignidad y desarrollo son exportables y que dejar atrás determinados objetivos éticos so pretexto de respetar supuestos valores culturales beneficiará sin duda a los grandes intereses pero nunca a los seres humanos y, en consecuencia, sólo deberían defenderse aquellos ideales y costumbres que no denigran a nadie.

El análisis histórico y el repaso del influjo de la historia en la realidad actual es mucho más completo en esta obra que en “Identidades…” Un somero recorrido por regiones en conflicto pasado o presente le sirve para abordar la espinosa cuestión de las legitimidades del poder.
Pero, ciñéndonos al presente, Maalouf indica que “para entender los dramas de nuestro tiempo y buscar soluciones” hay que reconocer quien es el “señor feudal” mundial y hacerlo sin rencor ni servilismo. Y afirma que uno de los desajustes de esta época consiste en que el jefe de estado que gobierna en todo el mundo, es elegido por (sólo) el 5% del conjunto de la población mundial. Es evidente – recuerda – que cuando un gobernante (o un país) ejerce el poder en solitario, sin un contrapoder que le sirva de freno, no sólo pierden los demás, sino que el abuso le puede estallar en la propia cara. Desajuste, también, de la escala de valores generada por un sistema financiero que, una vez terminada la guerra fría y cada vez más a medida que avanza el tiempo, no encuentra ningún contrapeso que ponga coto a sus desmanes.
Su propuesta es buscar soluciones, alejados de fórmulas caducas, de acuerdo con las circunstancias del momento que son radicalmente distintas a todo lo conocido hasta hoy. Por ejemplo, si los conflictos – hoy más que nunca – tienen lugar a escala planetaria, tanto las soluciones como las medidas de prevención han de llevarse a cabo en un ámbito de igual envergadura. Y se basa en "un fenómeno al que aún llamamos a veces “la aceleración de la historia”, pero que va mucho más allá de lo que recibe este nombre en las obras del siglo pasado. Otra noción refleja mejor el ritmo de los sucesos de nuestro tiempo: “la instantaneidad”. Pues ahora todos los acontecimientos del mundo ocurren ante los ojos de la humanidad entera y a tiempo real”.

Conviene leer con atención una obra como ésta. Si hubiese muchas voces que se tomasen el trabajo de contemplar a la vez las dos orillas intentando honestamente ponerse en el lugar que ocupa el otro, comprender sus razones, estaríamos por fin en condiciones de enfrentarnos a multitud de desajustes tan graves como urgentes.

Fuente de la foto: Amin Maalouf (Wikipedia)


También de Amin Maalouf: Identidades asesinasLa invasiónOrígenes

8 comentarios:

iván dijo...

Espléndido libro, que leí con mucho interés. Estoy de acuerdo con muchos de sus planteamientos, especialmente en lo referido a la necesidad de construir una nueva cultura planetaria que nos permita superar las taras históricas. Me permito copiar un fragmento del prólogo:
"En la etapa actual de su evolución, la humanidad se enfrenta a peligros nuevos, sin parangón en la historia, y que requieren soluciones mundiales inéditas; si nadie da con ellas en un futuro próximo, no podremos preservar nada de cuanto constituye la grandeza y la hermosura de nuestra civilización; ahora bien, hasta el día de la fecha, pocos indicios hay que nos permitan esperar que los hombres vayan a saber superar sus divergencias, elaborar soluciones creativas y, luego, unirse y movilizarse para empezar a aplicarlas; hay incluso muchos síntomas que hacen pensar que el desajuste del mundo está ya en una fase avanzada, y que será difícil impedir un retroceso."

Una gran crítica, Montuenga. Hacen falta más libros así.

Jaime dijo...

Hombre, esto del jefe de estado que gobierna el mundo me parece bastante discutible, ¿no? Más bien parece que de corto a medio plazo EE.UU. se va a ver igualado o sobrepasado por un grupo de países emergentes que ya empiezan a mostrar su propia voz en el panorama mundial: China, India, Brasil, Irán... Tendríamos entonces un cierto equilibrio de poderes, pero que muestra una cara bien distinta de la de las democracias liberales.

Está muy bien hacer un alegato de los valores morales universalistas, pero esto se queda en un brindis al sol si uno no responde al problema del cómo. ¿Cómo conseguir que los valores políticos modernos enraicen en tradiciones culturales que no son las que los originaron? ¿Y qué hacer si estas tradiciones se muestran reticentes? Más aún: ¿de dónde sacamos la fuerza de convicción necesaria para intentar siquiera esa empresa, cuando nosotros -occidentales- somos los principales exportadores de relativismo moral? Si no nos creemos nuestros propios ideales, ¿cómo vamos a extenderlos?

Jaime dijo...

Perdón, que sigo.

Quiero decir: para extender eficazmente una determinada jerarquía de valores morales, ¿no se requiere una convicción militante que hoy descalificaríamos como fundamentalista? La Francia jacobina podía ponerse en guerra contra media Europa para defender los ideales de la Ilustración, o la URSS para extender la liberación del proletariado; y no sólo en guerra: la labor de propaganda, educación y argumentación era ingente porque la Razón parecía asistirles. Bueno, estos eran sistemas morales y políticos universalistas (y eurocéntricos, si nos ponemos), pero no precisamente tolerantes. Si lo que queremos es extender la tolerancia: ¿cómo se hace? ¿No supone eso un cierto relativismo de partida, una cierta desgana, un cierto cansancio? Lo propio de la postmodernidad es el pensamiento débil, dice Vattimo. Pues eso.

Anónimo dijo...

Pues precisamente ése es el trabajo por hacer. El texto de la Introducción de la creación de la UNESCO, escrita hace más de 50 años, ya plantea los mismo problemas que tú. "Es en la mente de los hombres...". Ya ves: atascados en el mismo sitio. Ojalá Eleanor Roosevelt siguiera viva...

iván dijo...

ese comentario era mío, bai de güei...

Ian Grecco dijo...

Magnífica reseña.

No sé qué decir ante vuestras reflexiones. Mejor no digo nada, porque últimamente estoy de un nihilista/pesimista en cuanto al rumbo del mundo preocupante...

Casi ni leo los periódicos, y ya no me molesto en participar en discusiones (ni en las que versan sobre Oriente Medio, tema que más o menos controlo). La gente, en general, dice cosas horrorosas, cargadas de ignorancia, prejuicios y mala leche a tutiplén.

Supongo que me he cansado de decir siempre lo mismo.

Me ha dado por pensar que no hay nada que hacer, que los Malos (a saber: seres ávidos de poder y con 0 en empatía y valores humanos)siempre se saldrán con la suya porque la mayoría de la población mundial es una Masa conformista y fácilmente manipulable que en cuanto disfruta de sus propias distracciones se olvida hasta del vecino de la puerta de al lado.

Nos están sedando y contaminando a base de imponernos un estilo de vida capitaneado por un bombardeo constante de ofertas de bienes de consumo, y como esos bienes nos los venden como dosis de felicidad absoluta, vivimos para hacernos con el máximo número de ellos.

Y no me refiero sólo a la ropa, los coches, o la tecnología (la madre de todos los instrumentos de ruptura de relaciones humanas "directas"), sino a formas de ocio, donde destacan los viajes organizados a lugares supuestamente vírgenes que nos hacen creer que "huimos" de nuestra sintética realidad, cuando en realidad continuamos bailando a su son. Punset me ayudó mucho en uno de sus programas a nutrir esta teoría...

Los humanistas y hombres sabios como Maalouf, preocupados por el devenir de nuestra especie, se cuentan con los dedos de las manos y ocupan su tiempo en teorizar intentos de arreglar un desaguisado planetario que cada día se ramifica e intensifica más...Pero eso: teorizan.Más no se puede hacer.

Lo siento, es lo que yo pienso.

Montuenga dijo...

Bueno, no creo que haya contradicción entre vuestras opiniones ni entre éstas y las de Maalouf. Sobre CÓMO conseguir esa utopía... Supongo que no hay un cómo sino muchos y sólo pueden conocerse andando el camino con el equipaje de tiempo por delante, esfuerzo y buena voluntad. Cómo el mismo Maalouf dice, no está muy claro que los que tienen el futuro en sus manos estén por la labor, pero ahí está el reto y lo peor es que urge.
Sobre la forma de conseguir exportar los derechos humanos, la igualdad entre sexos, razas etc, quizá si se mejorase el nivel de vida de la gente, si muchos países tuviesen clases medias no sería demasiado difícil. Y esto materialmente podría hacerse, se sabe la forma, otra cosa es que convenga.
Sí, el futuro no parece muy claro pero la historia, como demuestra este libro, suele dar vuelcos inesperados. Ian, confíemos en ellos, en que quizá sean para bien.

Anónimo dijo...

no creo que alguien que no sta en misma posicion de Maalouf, y miles de Maalouf que vienen del sur, alguien que nunca ha vinido de un pais Arabe sobre todo puede entender lo que esta diciendo Amín !!! la experiencia es mas que todo... pero la experiecia esa es muy rica... je suis tres content d'avoire vivre l'expérience de migration et pauvreté acause de sa je me sent les probleme des autres......