lunes, 30 de agosto de 2010

José Manuel Caballero Bonald: Dos días de septiembre

Idioma original: castellano
Año de publicación:
1962
Valoración: Recomendable

Leyendo Dos días de septiembre viajamos en el túnel del tiempo hasta el Jerez de 1960, dónde encontraremos unas clases sociales muy marcadas: ricos muy ricos, pobres míseros y una clase media a la que cuesta mucho liberarse de penalidades y cuya dependencia de los caprichos y ocurrencias de los caciques es evidente. A pesar del tiempo transcurrido, todavía planea el fantasma de la guerra civil y, sin embargo, muchos de sus planteamientos todavía siguen siendo actualidad: la dependencia económica femenina, los abusos de poder de los de arriba o la apatía que produce la falta de horizontes. Se diría que estamos leyendo una versión andaluza de Los lunes al sol, convertida en novela y con un telón de fondo muy antiguo.

Esta sensación tan cinematográfica se refuerza por el uso de un vocabulario muy preciso, con términos visuales y coloristas que aluden a objetos y utensilios de la tierra, a la vendimia y otras costumbres, también a unos diálogos muy vivos en el castellano coloquial de siempre que no hacen suponer que haya pasado medio siglo.

El argumento me atrapó desde un principio, probablemente porque tiene una estructura muy trabajada que termina envolviendo al lector. Primero se enfoca el escenario de cerca presentando personajes y situaciones sin conexión aparente para ampliar el campo de forma progresiva, mostrando vínculos, circunstancias personales o hechos del pasado que han marcado las forma de ser de cada uno. Para hacernos sentir cómplices de lo que allí ocurre, en lugar de darlo todo hecho, obliga a elaborar el conjunto a partir de los datos que aporta y a relacionarlos unos con otros a medida que vamos leyendo.
Podría considerarse una novela coral. Aunque en la segunda mitad profundiza más en algunos personajes, no puede decirse que haya un protagonista. Si alguno destaca es Miguel Gamero, a través de él el lector recibe el empuje emotivo que termina de ligarle a la historia.
A excepción del incidente central, apenas pasa nada. Lo que importa no es la acción sino la situación. Se refleja la vida cotidiana del pueblo, amores y odios, costumbres, la presencia constante del vino, las relaciones jerárquicas. Se describe más que se narra. Descripciones y diálogos son, pues, los dos pilares que sostienen toda la narración. Es éste el retrato de una época que, como toda obra maestra que se precie, trasciende el momento concreto para abordar conflictos humanos.
La novela volvió a ser noticia cuando se reeditó, hace algunos años. En esta entrevista de 2008 podéis leer lo que piensa el autor de su obra tanto tiempo después de haberla escrito.

Otras obras de José Manuel Caballero Bonald en ULAD: Ágata ojo de gato

4 comentarios:

Iker Erdocia dijo...

El enlace de la entrevista ya no está en uso. ¿Podrías decir en qué medio fue publicada? Muchas gracias

Montuenga dijo...

Hola

El texto está aquí

http://clubdelectura.uned.es:8090/clubdelectura/xowiki/entrevista_cbonald

Creo que continuaba, esto debe ser la primera parte. De todas formas, te he buscado el video, a ver si lo puedes ver entero:

http://teleuned.uned.es/teleuned2001/directo.asp?ID=3290&Tipo=C

Saludos

José Ato dijo...

Soy pintor, y en el año 2009 hice una exposición de acuarelas titulada "La viña papel" basada precisamente en este libro de Caballero Bonald, y fue en el Museo del vino de Bullas (Murcia) un sitio muy adecuado para el tema del libro. En mi blog hay algunas acuarelas de esta exposición.

Montuenga dijo...

Como no haces ninguna indicación, me ha costado encontrarlo. Están en mayo, unas uvas que se salen del cuadro, pero yo he empezado en septiembre haciendo caso al título del libro.
¡Enhorabuena! por esas acuarelas y por el conjunto de tu obra.