viernes, 6 de julio de 2012

Inazio Mujika Iraola: Tiempo de cerezas

Título original: Gerezi denbora
Idioma original: euskera
Fecha de publicación: 1999
Valoración: Recomendable
—Mmmm... ¿Leyendo otro libro sobre la guerra civil? Qué pesada es la gente con ese tema...
—Pues sí y no.
—Me da a mí que sí...
—No, qué va. Es decir, sí, Tiempo de cerezas está ambientado en la guerra civil, pero ésta no es la protagonista de la historia.
—Venga ya, seguro que habla de lo de siempre: joven revolucionario que lucha contra los malvados nacionales... blablabla.
—No, en serio. No es la típica historia de "soldado bueno-soldado malo". En realidad, el argumento está basado en hechos reales (una pareja de anarquistas y un cura nacionalista vasco van a rescatar al arzobispo de Valladolid para ponerlo a salvo en las líneas franquistas, imagina) y al final incluso esto es sólo una excusa que utiliza el autor para hablar de otras cosas.
—¿Cuáles?
—Del sinsentido de cualquier guerra, por ejemplo. O de lo peligroso que es seguir a ciegas una ideología, cualquiera que ésta sea. Creo que plantea cómo está la situación actual a base de jugar con los acontecimientos vividos en la guerra y con los caminos que escogen los protagonistas.
—Ya. ¿Y es entretenido o es el típico libro histórico-espiritual con moraleja?
—Jajaja, es bastante entretenido, sí. Es muy irónico y se lee rápido. Pero también es muy serio, porque lo que plantea en todo momento es algo lo suficientemente complicado como para no tomárselo a la ligera. Especialmente, teniendo en cuenta que maneja mucha información histórica y que un pequeño fallo se carga toda la credibilidad que pueda tener el libro.
—Ya veo. ¿Y no hay malos muy malos y buenos muy buenos, seguro?
—No, no es ese tipo de libro. Es una novela corta (o cuento largo, como el autor lo definió en su momento) que se aleja de lo blanco y lo negro. Está llena de grises para, precisamente, hacer que el lector reflexione un poco y se aleje también de los juicios fáciles y simplistas.
—Por lo que dices, parece que es una especie de regañina.
—Tampoco es eso. Pero sí que nos muestra cómo antes se luchaba más (para bien o para mal) por aquello en lo que se creía, mientras que hoy en día estamos más aborregados.
—Pues no sé si tengo ganas de leerlo, para que me echen en cara que estoy atontado...
—¿Qué quieres que te diga? El primer paso es reconocerlo...

2 comentarios:

Montuenga dijo...

¡Es curioso! Tiene el mismo título que una novela de Montserrat Roig que aún conservo en casa.

Sobre la guerra civil, el problema no es la cantidad de libros que se escriben sobre ella sino la sinceridad de estos. Si sólo escribieran los que de verdad se sintieran implicados, dejaría de ser un tema recurrente y no produciría una sola novela aburrida.

Paulo Kortazar B. dijo...

La reseña me ha parecido muy entretenida.

Sobre la guerra civil se ha escrito mucho, sobre la tendencia de la guerra civil también se ha escrito mucho. No hace mucho hablaba con una investigadora, que escribe la tesis sobre novela vasca y guerra civil. Le comentaba que - sin estar seguro de haber leído la idea - me parecía que en momentos ciertos sectores de la cultura en españa vuelven a la guerra civil y a la segunda república como queriendo recuperar para finalizar una modernidad inacabada.

También es verdad que ha habido una tendencia dirigida desde las esferas más altas del sistema cultural para recuperar una memoria y que en ocasiones se ha hecho de modo muy dirigido para no ser considerado partidista o forzado. Ejemplo: premios en cine y novela.

Más que el segundo caso me interesa el primero. Por divagar que no quede, y si alguien me contesta, aunque sea para borrarme del mapa, pues adelante.