jueves, 17 de septiembre de 2015

Jean-Philippe Toussaint: Hacer el amor

Idioma original: francés
Título original: Fair l'amour
Traductor: David Martín Copé
Año de publicación: 2013
Valoración: Muy recomendable

Llegué a este libro a través de Mobas, que a su vez, creo, llegó a él a través de Granite&Rainbow, así que por lo menos simbólicamente es un libro que nos hemos ido pasando de mano en mano, o mejor, de boca en boca. A veces no termino de coincidir con ellas en gustos, como en el caso de El nadador en el mar secreto, que me gustó solo relativamente, pero en este caso creo que estoy más próximo a su opinión.

Hacer el amor es una disección: la de dos personas que viven los últimos momentos de una relación agonizante, un proceso doloroso, confuso, lleno de nostalgia y de dudas. "Romper", dice el narrador, "era un estado antes que una acción, un duelo antes que una agonía". Con Tokyo como escenario de fondo (me ha resultado imposible no pensar, muchas veces a lo largo de la novela, en Lost in translation), la pareja protagonista llora, se besa, discute, pasea bajo la nieve y, sí, por supuesto, hace el amor, con la certeza (¿certeza?) de que será la última vez que lo hagan.

Toussaint escoge un tema difícil, por lo transitado que está ya el tema del (des)amor, y por la concentración del tema y de la acción en torno únicamente a la ruptura de la pareja (no hay digresiones, no hay apenas personajes secundarios, no hay tramas secundarias). Y sin embargo sale bien parado del esfuerzo, manteniendo la tensión de la trama, en parte con los vaivenes de los sufrimientos de los personajes, y en parte, también, gracias a un misterioso frasco de ácido clorhídrico que el narrador lleva consigo desde la primera línea, y que siempre planea sobre los personajes como una amenaza brutal (y simbólica).

Hacer el amor no esquiva ninguno de los aspectos propios del amor y el desamor: el sufrimiento egoísta, la mutua tortura de los rencores acumulados, la nostalgia de los inicios, los afectos subterráneos que se mantienen, el deseo que pide paso... De ahí que su lenguaje pase también de lo delicado, casi cursi (para mi gusto hay un exceso de "lágrimas ingrávidas" que "ruedan por la mejilla"), hasta lo brutalmente descriptivo ("Amanecía en Tokyo y yo le metía a Marie un dedo en el culo", termina la primera parte del libro).

Preciosa, por otra parte, la edición de la Editorial Siberia, con una imagen de portada que una vez más hace pensar en Lost in translation o incluso en Blade Runner.

1 comentario:

Sadie dijo...

Le tengo ganas a este libro desde hace un buen rato, pero en México no está disponible,
lástima, tu reseña me ha gustado.