jueves, 12 de noviembre de 2015

Honoré de Balzac y E. M. de Saint-Hilaire: El arte de pagar sus deudas sin gastar un céntimo

Idioma original: francés
Título original: L'art de payer ses dettes et de satisfaire ses créanciers sans débourser un sou
Año de publicación: 1827
Traducción: Jürgen Jencquel
Valoración: entre recomendable y está bien


Pues sí, amigos, ULAD ha decidido abrir su exclusiva relación de reseñas a ese popular -popularísimo, incluso- género que es el de los libros de autoayuda. ¿Cómo? ¿Que éste no es un libro de autoayuda, sino un clásico del siglo XIX, de todo un Balzac, nada menos? Pues fijémonos en el título completo del libro, a ver qué nos parece: El arte de pagar sus deudas y de satisfacer a sus acreedores sin gastar un céntimo en diez lecciones o Manual de derecho comercial para uso de gente arruinada, deudores, desempleados y demás consumidores de dinero. Por el que fue mi tío, profesor emérito.

(El tal tío, que resulta haber sido un moroso de dimensiones legendarias, lo era, en todo caso, del colega de Balzac, Emile Marco de Saint-Hilaire, si examinamos la biografía del célebre escritor y sus espinosas relaciones familiares. Quien, por otro lado, si de algo sabía por experiencia propia era de deudas y acreedores: a los 28 años, edad a la que escribió esta obrita, ya se había arruinado, entre otras cosas por su ocurrencia de meterse a editor y publicar "tratados" como éste o como El arte de anudarse la corbata  y cosas así...).

Bueno, a lo que iba: ¿es o no es un libro de una practicidad absoluta, lo más útil que cualquier ciudadano del siglo XXI (y también de hace 200 años, por lo visto) puede leer? Vaya que sí... ahora bien, El arte de pagar sus deudas... supone algo más que un manual de truquitos para esquivar acreedores -aunque también lo sea-, al estilo del artista moroso de 13 Rue del Percebe; representa toda una filosofía de vida y más aún, toda una doctrina económica que explica y clarifica en gran medida las relaciones comerciales, financieras y has personales entre individuos, empresas y países, a las que asistimos cada día, estupefactos; más aún desde hace cierto tiempo... Dos o tres de los axiomas del famoso señor tío en los que se basa el libro, a modo de ejemplo:

"I ) Mientras más deudas se tienen, más crédito se tiene; mientras menos acreedores se tienen, menos ayuda se puede esperar.
VI ) Hasta con la mejor administración, una nación siempre se divide en dos partidos totalmente opuestos. Puede ser una nación tan grande como quiera, tan unida como pueda, pero siempre sucederá.
Es decir: 
Primer partido: individuos que roban.Éste es el partido más fuerte.
Segundo partido: individuos que son robados. Éste es el más grande.
Dejo al lector escoger el partido que más convenga, pues no es posible escoger un partido neutral o de transición (como se hace en política); ¡según nuestra interpretación no puede existir tal partido!
X ) Es obvio que el mundo está compuesto de personas que tienen demasiado y de gente que no tiene lo suficiente. Su deber es en lo que concierne a su propia persona, establecer el equilibrio"...

Todos estos axiomas se pueden resumir en el último, especialmente expresivo:

XVII ) "...¡Lo que otro tiene en el bolsillo estaría mucho mejor en el mío!...¡Lárgate, para que pueda sentarme yo en tu puesto!...
En pocas palabras, éste es el principio básico de toda moral"

Bastante esclarecedor, ¿no? Cabe decir que para los autores del libro -esto es, para el famoso "tío"-, la sociedad está dividida en "productores" y "consumidores": productores serían los que disponen de dinero de sobra, hasta el punto de que no saben qué hacer con él y consumidores, los que no tienen ese dinero pero lo necesitan y tienen muchas ideas sobre como gastarlo de manera satisfactoria. Los primeros se convierten en acreedores y los segundos en deudores, para conservar el equilibrio financiero -e incluso espiritual- del mundo. es una doctrina que, como se ve, ha tenido mucho éxito en los últimos dos siglos... ¡si hasta el tío de marras podría haber presidido un banco español, para sacarle sus ahorros a los jubilados con las preferentes!

En fin, fuera de estas cuestiones más generales, el libro tiene un carácter práctico indudable: Sólo hay que fijarse en los temas de los distintos capítulos: tipología de las deudas; formas de amortización de las mismas (la más eficaz, muerte del acreedor), características necesarias -físicas y morales- para ser un deudor (la más importante: el aplomo); elección de zona y vivienda para poder dedicarse a tal práctica, modos de vida, etc... Empero, es cierto que los últimos capítulos dedicados a las vicisitudes que acechaban al deudor francés de principios del siglo XIX (a saber: los temidos alguaciles, el secuestro corporal a petición del acreedor o la cárcel de Saint-Pélagie, donde podían ser encerrados), aunque interesantes, no son de utilidad para sus émulos del siglo XXI... No ocurre lo mismo, sin embargo, con la verdad indiscutible que anima a esta pequeña pero gran obra, una verdad que sigue siéndolo hoy en día y seguro que lo será dentro de otros dos siglos:

"Siempre es mejor encontrarse sin un céntimo en el bolsillo que sin crédito."

Que se lo pregunten a más de uno de la lista Forbes...


(Casi se me olvida: deliciosas ilustraciones de Honoré Daumier, de regalo. A ver quién da más...).

Otras obras de Honoré de Balzac en ULAD: Eugenia GrandetEl elixir de la vida


1 comentario:

Carlos Andia dijo...

Jopé, esto me interesa, será mi libro de cabecera, que soy un ' consumidor' al 100%.

Y yo pensando en leerme 'El capital del siglo XXI'... mejor ir directo al origen del problema.

Saludos y gracias por la reseña.