sábado, 7 de octubre de 2017

Françoise Hardy: La desesperación de los simios y otras bagatelas

Idioma original: Francés
Título original: Le désespoir des singes...et autres bagatelles
Traducción: Felipe Cabrerizo
Año de publicación: 2008
Valoración: Muy recomendable (sobre todo, para mitómanos)

Recuerdo haber pasado muchas madrugadas de mi adolescencia y tardoadolescencia escuchando "Flor de Pasión", el mítico programa de Radio 3 conducido por el no menos mítico Juan de Pablos, y recuerdo haber descubierto gracias a él multitud de artistas de la "prehistoria" del pop y del rock. Nombres como los de France Gall, Serge Gainsbourg, Sylvie Vartan, Michel Polnareff y, cómo no, Françoise Hardy forman parte de mi "educación sentimental". Así que cuando me enteré de la publicación en castellano de la autobiografía de la Hardy, allá que me lancé.

Ay, Françoise, Françoise..."Je ne sais pas ce que je veux", "Tous le garçons et les filles", "Comment te dire adieu", "Ma jeneusse fout le camp", "La question" al completo, "Je te cherche", etc, etc. Tantas canciones, tantos discos desde aquel lejano 1962 en el que saltó a la fama y alcanzó la astronómica cifra de dos millones de discos vendidos (solo en Francia, eh!). Cincuenta y cinco años al pie del cañón son muchos años y las casi cuatrocientas páginas de esta autobiografía resumen lo más relevante de todos estos años, tanto en la parte artística como en la personal y familiar.

En el plano artístico descubrimos no solo el éxito que desde bien joven cosechó y, al mismo tiempo, la abrumó, sino que también nos acercamos a sus altibajos creativos, a sus manías, sus miedos y frustraciones (muy unidos a los de su vida personal), a su fobia al directo, a los vaivenes de la industia, etc. Esta parte artística es todo un compendio de nombres casi legendarios, un deleite para mitómanos. La lista es abrumadora: Dylan, Beatles, Rolling Stones, Celentano, Gainsbourg, Stockhausen, Nick Drake, Ettiene Daho, Michel Berger (clave en su evolución musical), etc.

En la parte más personal y familiar, el libro está atravesado fundamentalmente por la relación, digamos un tanto destructiva, que la Hardy ha mantenido con Jacques Dutronc a lo largo de casi cincuenta años. Pero más allá de hechos conocidos, esta autobiografía nos permite acercarnos a otras vertientes que pueden haber quedado eclipsadas por la figura pública. Por ejemplo, su infancia y adolescencia, sus celos, sus inseguridades, sus complejos (ay, esa relación con su madre y sus abuelos), sus opiniones en materia política o religiosa, su forma de afrontar la maternidad, su afición por la astrología, etc. También aquí la vida de Hardy aparece rodeada de nombres más que conocidos: Patrick Modiano, Georges Pompidou, Michel Houellebecq,  Dalí, el doctor Barnard, etc

Los dos planos se van entrelazando a lo largo del libro, que sigue un orden estrictamente cronológico, lo que hace que la acumulación de nombres, fechas y datos no resulte pesada. Además, el estilo de Hardy es directo y sencillo, sin florituras ni artificios, lo que favorece un lectura de lo más ágil.

Más allá del aspecto mitómano que uno busca en este tipo de libros, es de agradecer que los mismos no se reduzcan a mero exhibicionismo o a simple autobombo sin asomo alguno de autocrítica. En este caso, me gustaría destacar la ausencia de autocomplacencia. Hardy reparte palos, sí, pero los principales palos se los lleva ella misma, ya que el reconocimiento de sus errores en la vida de pareja y en su vida artística está muy presente.

En definitiva, una lectura muy disfrutable, sobre todo si estás interesado en la música y en la cultura POP, que permite constatar, una vez más, cuánta verdad hay en esos versos de Kirmen Uribe que dicen "cierto, en tres generaciones hemos recorrido un largo trecho en la historia de la escritura (digamos la música). De todas formas, las preocupaciones, los miedos son los mismos y lo seguirán siendo".

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